Profesores que inspiran: egresados del Penta UC comparten su camino en la docencia
Patricia Ramírez enseña sobre diseño, mientras que Cristian Mora guía a sus estudiantes en la exploración de la historia. En el Día del Profesor, ambos comparten lo que les motiva de la docencia, su visión de la enseñanza y quiénes los inspiraron en el camino.
Enseñar no es solo transmitir conocimientos; es conectar, interactuar, diseñar, motivar y un ejercicio de aprendizaje constante. Patricia Ramírez y Cristian Mora descubrieron esta idea por primera vez como estudiantes y la experimentaron cuando decidieron dedicarse a la docencia.
En el Día del Profesor, que se celebra cada 16 de octubre, ambos egresados del programa Penta de la Academia de Desarrollo de Talentos UC, compartieron el camino que los llevó a convertirse en educadores, su visión de la enseñanza y lo que los motiva diariamente a elegir el aula como espacio de trabajo.
Patricia es diseñadora industrial de profesión, de la primera generación de profesionales de su familia. Es cofundadora del emprendimiento de innovación social “Ideo Maker” y enseña a niños, niñas y jóvenes sobre robótica, programación electrónica, impresión 3D y metodologías del diseño, usando la tecnología al servicio de las necesidades del entorno. “Una vez un profesor me dijo que podía llegar a la docencia compartiendo lo que sabía, desde donde fuera. Eso fue muy relevante para mí. La vuelta desde el diseño a la pedagogía ha sido un camino muy enriquecedor”, cuenta Patricia.
De su formación en diseño aprendió sobre la importancia de la observación del entorno y del mundo como un recurso para la creatividad, así como de la resolución de problemas a través de soluciones innovadoras. Esto ha marcado su estilo docente: clases prácticas, de trabajo en equipo, donde busca resignificar el error como parte del aprendizaje y vincular los contenidos a problemas y experiencias cercanas a los estudiantes. “Los problemas, cuando nacen desde un interés personal, resultan ser mucho más motivadores”, señala.
Cristian, por su parte, estudió Licenciatura en Historia porque le gustaba la investigación, la gestión cultural y la arquitectura. Aunque trabajó en investigación un tiempo, finalmente optó por la enseñanza. Recuerda una experiencia en particular que despertó su interés: “Estudiando en la universidad me ofrecieron dictar clases en un preuniversitario social del campus, con estudiantes que se preparaban para la PAES y le empecé a encontrar sentido. Me fui encantado con la parte de interactuar con los chicos“, relata.
Enseñando encontró similitudes con su propia trayectoria escolar: jóvenes que querían estudiar pero no tenían mucha claridad de qué, muy inquietos intelectualmente, con múltiples opciones, pero pocas posibilidades certeras. Precisamente, parte de lo que le atrae de la docencia es escuchar los intereses de sus estudiantes y apoyarlos. “Uno siente que va ayudando a los chicos a encontrar lo que quieren hacer”, explica.
Cristian, quien ya tiene nueve años de experiencia como profesor de historia, añade que una de las cosas que más le gusta de ser profesor es que los estudiantes estén motivados. “Creo que los logros profesionales de los profes son los logros de los estudiantes. Ahí uno es como un observador, un facilitador. Entonces, si hablo de un logro personal, lo que más me gusta de mi pega es que los chicos estén motivados, interesados“.
Cristian Mora realizando actividad junto a sus estudiantes en su clase de historia.
Profesores que dejan huella
Ambos han inspirado sus metodologías de trabajo en quienes fueron sus profesores. Particularmente, recuerdan con cariño y admiración a los docentes del programa Penta UC.
Patricia, quien estudió en Penta entre 2003 y 2006, evoca a los profesores que fomentaban la reflexión interdisciplinar, algo que aplica en sus propias clases, al fusionar el arte, la tecnología, el diseño y la ciencia. “En Penta, por ejemplo, aprendimos sobre estilos musicales viendo películas, eso me abrió la mente a cómo conectar temáticas”, fue algo que la sorprendió.
Si hay algo que le apasiona de la enseñanza es el factor sorpresa: “La curiosidad que genera aprender de tecnología y lo inspirador que resulta que todos y todas pueden crear con lo que van aprendiendo”. Enfatiza en que es clave despertar y alimentar la curiosidad haciendo las preguntas necesarias para llegar a un resultado, “el resultado en sí no es lo más importante, sino el proceso y lo que uno va desarrollando”, destaca.
Más adelante, Patricia decidió regresar a Penta como docente, donde ha realizado más de quince cursos. Sus clases involucran desde resolver problemas de animales abandonados con tecnología, hasta el diseño de juegos de mesa que apoyen a los estudiantes a integrarse al inicio de clases: “Ha sido un logro demostrar que el diseño se puede involucrar en educación y que es muy necesario. Sería hermoso que cada colegio tuviera un equipo de diseño, apoyando la labor creativa de docentes, significaría poder crear dinámicas súper interesantes”.
Cristian estuvo en Penta desde sexto básico hasta cuarto medio. De su experiencia destaca el desarrollo integral de la propuesta formativa. “Los profesores del Penta tenían esa parte de ampliarte el mundo. Llegaba un especialista en astronomía, que se ponía a hablar de su tema y nos hacía una clase súper interactiva. Yo tengo varios profes que recuerdo con mucho cariño. Había un profesor que fue abogado y hacía unos cursos sobre derecho internacional que eran increíbles”. Esto lo traspasó luego a sus metodologías de enseñanza, marcadas por la escucha, la conversación y la interacción.
Profesores que abren diálogos
La idea de un docente que entrega conocimiento y un estudiante que recibe y memoriza, tanto para Patricia como Cristian quedó en el pasado. “Si bien uno traspasa un conocimiento, ese conocimiento cobra sentido en cada uno según sus experiencias personales, la figura del profe no es solo transmitir conocimiento sino que guiar, conectar y hacer sentido, relacionar lo que los niños y niñas van aprendiendo con la vida. También con la misma dinámica que se da en el aprendizaje hay una devuelta, en donde uno termina aprendiendo de las personalidades y las distintas formas de ser de los niños y niñas”, afirma Patricia.
En esta misma línea, Cristian considera que el diálogo es clave en el proceso de enseñanza y aprendizaje. “No me gusta ese concepto de autoridad pedagógica, de que yo tengo el conocimiento, yo lo transmito y tú lo aprendes. Me gustan las clases que son más bien un diálogo, donde los chicos puedan decir lo que saben, ya sea que estén seguros de lo que piensan o no. Creo que esa es la pega del profesor día a día: no ser un receptáculo de conocimiento, sino tratar de hacer que los estudiantes vayan exteriorizando sus propias ideas y creando sus propias opiniones”, señala Cristian.
En Penta tuvo esa experiencia con la mayoría de sus profesores: “La mayoría tenían claro que los temas y las discusiones no estaban acabadas, estaban en proceso”, remarca. En esta línea, las clases se basaban en que el conocimiento y el aprendizaje son un fenómeno colectivo. “Yo creo que nuestra vida en sociedad no nos permite adquirir conocimiento para guardarlo y encerrarlo, sino que la idea precisamente es poder utilizarlo para que otros puedan llegar a conclusiones propias y a ideas propias”, enfatiza.
“Esa es la pega del profesor día a día: no ser un receptáculo de conocimiento, sino tratar de hacer que los estudiantes vayan exteriorizando sus propias ideas y creando sus propias opiniones” – Cristian Mora
Profesores que guían
Más allá de las clases, ambos docentes coinciden en que un profesor también es un guía para el estudiante. “El apoyo que recibí de ciertos docentes fue definiendo mis propios intereses. Los profesores fueron una guía en búsqueda de caminos”, señala Patricia. Por eso, recomienda a sus estudiantes conversar con sus profesores sobre sus intereses, ser curiosos y abrirse a nuevas oportunidades. “Entre más experiencias tengas, vas ampliando tu universo de posibilidades. Yo llegué a la docencia porque experimenté tantas cosas que me hicieron ver que era un espacio donde me sentía cómoda y donde también podía motivar a otras personas”. Patricia agrega que parte del rol docente hoy en día es guiar esos procesos: “Guiar el autoconocimiento, los intereses, cómo usar el conocimiento más que transmitirlo”.
“Entre más experiencias tengas, vas ampliando tu universo de posibilidades. Yo llegué a la docencia porque experimenté tantas cosas que me hicieron ver que era un espacio donde me sentía cómoda y donde también podía motivar a otras personas”– Patricia Ramírez.
Cristian tiene una visión similar: “La pedagogía es para que el resto logre desarrollarse de la mejor forma posible. Yo no puedo pretender que alguien que no le gustan las matemáticas sea brillante en matemáticas. Lo que sí tengo que hacer es tratar de mostrarle que donde sea bueno y donde tiene las ganas y la energía, es donde tienen que ponerle todo el empeño posible”.